Artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local
Viene siendo tradición que
nuestro Ayuntamiento, a través de la concejalía correspondiente, organice una
serie de actos para celebrar el Día Internacional de la Mujer, olvidando la
mayor parte de las veces el marcado carácter reivindicativo del mismo. Este año
el programa repite actos ya consolidados como el concurso literario, la entrega
del Premio Violeta, la cena-convivencia de mujeres y el viaje lúdico-cultural.
Echo en falta algún acto en el que se analice y debata la situación actual de
la mujer en la sociedad española, y el camino a seguir para avanzar en
igualdad.
Puesto que en los actos oficiales
se quiere correr un tupido velo sobre los evidentes retrocesos que, con la
excusa de la crisis, está sufriendo el colectivo femenino, me veo en la
obligación de hacer un pequeño análisis en este artículo.
La reforma laboral aprobada por
el PP ha supuesto una precarización del empleo y un aumento considerable de las
cifras del paro, perjudicando especialmente a las mujeres, que son las primeras
en sufrir las consecuencias de los “ajustes” empresariales. La reforma facilita
el despido a los empresarios, que pueden esgrimir como una de sus causas el
absentismo laboral, al que la mujer está más expuesta por las cargas familiares
que le sigue imponiendo la propia sociedad (cuidados de menores, mayores y
dependientes).
Resulta evidente que cuando se “reestructuran” las plantillas, la
primera puerta que se abre es para invitar a una mujer a que se vaya a su casa,
acepte un trabajo a tiempo parcial o una importante reducción salarial. Esto no
sólo afecta al presente, sino a su futuro, por cuanto supone de reducción en
las cotizaciones que dan derecho a posteriores prestaciones, ya sea por
desempleo, incapacidad o jubilación. La situación se agrava mucho más al
suprimirse o paralizarse todos los programas de conciliación de la vida laboral
y familiar, así como los de igualdad, tanto en empresas como en instituciones.
Otro asunto de no menor
importancia es la reforma de la Ley de Educación que, entre otras medidas,
refuerza la asignatura de Religión con su peculiar visión acerca del papel que
deben desempeñar las mujeres en la sociedad, reducido casi exclusivamente a la
reproducción y a la sumisión ante el varón. Además, respalda a aquellos centros
educativos que segregan por sexos, y suprime la Educación para la Ciudadanía en
la que se insistía en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Por si faltaba poco, el PP
pretende aprobar una reforma de la Ley del Aborto, para convertirla en la más
regresiva de las sociedades occidentales, suponiendo, además, el mayor ataque a los derechos de la mujer en
los últimos años, al suprimir su derecho a decidir libre y responsablemente
sobre su sexualidad y maternidad con todas las garantías sanitarias y jurídicas.
Creo que hay motivos más que
justificados para incluir en la programación de la Concejalía de la Mujer actos
reivindicativos, que conciencien a la mujer sobre la necesidad de seguir
luchando por sus derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario