Artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local
El pasado domingo una cadena
privada de televisión emitió, en hora de máxima audiencia, un documental
ficticio sobre el 23-F, coincidiendo con la conmemoración del 33 aniversario
del fallido golpe de estado que puso en
vilo a la recién estrenada democracia española.
Dicha cadena, en los días previos,
difundió varios anuncios publicitarios en los que aseguraba que los españoles
conoceríamos lo que nunca se nos había contado sobre el golpe, en lo que el
citado medio denominaba Operación Palace.
El documental partía de una falsa
hipótesis, en la que se afirmaba la desclasificación de unos documentos por
parte de la CIA que desvelaban la existencia de una reunión de los
políticos más representativos del momento para planear un falso golpe de
estado, con el objetivo de afianzar la Monarquía y, de esta forma, estabilizar
el proceso democrático.
El trabajo estaba tan bien
orquestado y dirigido que la mayoría de los espectadores llegamos a pensar que
aquello pudo ser posible, mucho más interviniendo en el mismo conocidos
políticos, miembros de los servicios secretos y periodistas, que en el momento
de los acontecimientos ocupaban cargos de relevancia. Entre ellos: Joaquín
Leguina, Federico Mayor Zaragoza, Iñaki Anasagasti, Jorge Vestrynge, Felipe
Alcaraz, Iñaki Gabilondo, Luis María Ansón, o Fernando Ónega. De toda la puesta
en escena se ocuparía el afamado director de cine José Luis Garci, que en compensación por los “servicios prestado” recibiría
posteriormente un oscar.
Una vez finalizada la emisión del
documental, se desveló que se trataba de un experimento televisivo de ficción,
basado en un hecho tan trascendental en nuestra historia como el intento de
golpe de Estado, elaborado con la principal intención de batir records de
audiencia.
Cuando los espectadores, entre
los que me encuentro, descubrimos el “pastel” nos quedamos estupefactos. No sé
como se sentirían los demás, pero yo me sentí ofendido, enfadado, dolido,
manipulado, engañado y enrabietado. Estos sentimientos afloraron en mí al recordar
el miedo que sentí aquel día, en el que me encontraba en casa convaleciente de
una intervención quirúrgica, sin posibilidad de moverme y con la preocupación
de que si fructificaba el golpe, auspiciado por la extrema derecha, podrían venir a detenerme por participar
activamente en partidos y sindicatos de izquierdas.
Creo que no se puede jugar con
los sentimientos de las personas en un asunto tan serio y delicado como fue el
23-F, aunque gran parte de los españoles estamos bastante convencidos de que
aún no se nos ha dicho la verdad sobre el citado acontecimiento histórico. Hay
muchos asuntos secretos sobre el mismo y no sabemos cuando conoceremos la
verdad sobre lo sucedido.
El
programa emitido demuestra el enorme poder de los medios de comunicación para
manipularnos, a la vez que deja claro hasta donde pueden llegar para conseguir
altos índices de audiencia. No respetan nada y son capaces de cualquier
artimaña para obtener beneficios económicos. De igual manera, las personas
relevantes que anteriormente he citado también demostraron poca sensibilidad
ante un asunto tan delicado.
Damián Rubio es Coordinador de IU-Verdes Alhama
Damián Rubio es Coordinador de IU-Verdes Alhama
No hay comentarios:
Publicar un comentario