jueves, 6 de marzo de 2014

TOMADURA DE PELO


Artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local

El pasado domingo una cadena privada de televisión emitió, en hora de máxima audiencia, un documental ficticio sobre el 23-F, coincidiendo con la conmemoración del 33 aniversario del fallido golpe de estado  que puso en vilo a la recién estrenada democracia española.
Dicha cadena, en los días previos, difundió varios anuncios publicitarios en los que aseguraba que los españoles conoceríamos lo que nunca se nos había contado sobre el golpe, en lo que el citado medio denominaba Operación Palace. 
El documental partía de una falsa hipótesis, en la que se afirmaba la desclasificación de unos documentos por parte de la CIA  que  desvelaban la existencia de una reunión de los políticos más representativos del momento para planear un falso golpe de estado, con el objetivo de afianzar la Monarquía y, de esta forma, estabilizar el proceso democrático.
El trabajo estaba tan bien orquestado y dirigido que la mayoría de los espectadores llegamos a pensar que aquello pudo ser posible, mucho más interviniendo en el mismo conocidos políticos, miembros de los servicios secretos y periodistas, que en el momento de los acontecimientos ocupaban cargos de relevancia. Entre ellos: Joaquín Leguina, Federico Mayor Zaragoza, Iñaki Anasagasti, Jorge Vestrynge, Felipe Alcaraz, Iñaki Gabilondo, Luis María Ansón, o Fernando Ónega. De toda la puesta en escena se ocuparía el afamado director de cine  José Luis Garci, que en compensación por  los “servicios prestado” recibiría posteriormente un oscar.
Una vez finalizada la emisión del documental, se desveló que se trataba de un experimento televisivo de ficción, basado en un hecho tan trascendental en nuestra historia como el intento de golpe de Estado, elaborado con la principal intención de batir records de audiencia.
Cuando los espectadores, entre los que me encuentro, descubrimos el “pastel” nos quedamos estupefactos. No sé como se sentirían los demás, pero yo me sentí ofendido, enfadado, dolido, manipulado, engañado y enrabietado. Estos sentimientos afloraron en mí al recordar el miedo que sentí aquel día, en el que me encontraba en casa convaleciente de una intervención quirúrgica, sin posibilidad de moverme y con la preocupación de que si fructificaba el golpe, auspiciado por la extrema derecha,  podrían venir a detenerme por participar activamente en partidos y sindicatos de izquierdas.
Creo que no se puede jugar con los sentimientos de las personas en un asunto tan serio y delicado como fue el 23-F, aunque gran parte de los españoles estamos bastante convencidos de que aún no se nos ha dicho la verdad sobre el citado acontecimiento histórico. Hay muchos asuntos secretos sobre el mismo y no sabemos cuando conoceremos la verdad sobre lo sucedido.
El programa emitido demuestra el enorme poder de los medios de comunicación para manipularnos, a la vez que deja claro hasta donde pueden llegar para conseguir altos índices de audiencia. No respetan nada y son capaces de cualquier artimaña para obtener beneficios económicos. De igual manera, las personas relevantes que anteriormente he citado también demostraron poca sensibilidad ante un asunto tan delicado.

Damián Rubio es Coordinador de IU-Verdes Alhama

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