jueves, 14 de octubre de 2010

EL DÍA DESPUÉS


El pasado día 29 de septiembre se desarrolló, como estaba previsto, una huelga general -la octava de nuestra joven democracia- para protestar por la reforma laboral y las medidas restrictivas propuestas por el Gobierno. La mayor parte de los trabajadores asalariados secundaron la convocatoria de los principales sindicatos de clase, CCOO y UGT. La Huelga fue un éxito donde tenía que serlo: grandes y medianas empresas, polígonos industriales, y en un sector fundamental como el transporte. En otros sectores, como el de servicios o el de la Administración pública, la participación fue muy desigual.
A pesar de que los agoreros del sector mediático, próximo a la Derecha, preveían una jornada de conflictos y enfrentamientos callejeros provocados por los piquetes, en términos generales se puede hablar de una actitud modélica por parte de los huelguistas, que dieron un ejemplo de civismo. Me parece lamentable que estos medios “desinformativos” pretendiesen trasladar a la opinión pública unas imágenes violentas y aisladas, que nada tenían que ver con los trabajadores que se manifestaron ese día. Todos ellos repetían miméticamente la foto de un coche policial, en llamas como consecuencia de los enfrentamientos de los Mossos d´Escuadra con los anti-sistema en Barcelona. Tengo la sensación de que algunos medios, para complacer a sus adeptos y mecenas, ya tenían preparados los titulares desde el mismo día en que se convocó la Huelga, y por ello necesitaban “carnaza” para ofrecer una imagen que desgastase a la vez a Gobierno y sindicatos. Al primero por su incapacidad para garantizar el orden público y a los segundos por incitar a la violencia. Esta estrategia sólo les funcionó durante ese día porque ya tenían sus cabeceras informativas confeccionadas. Un día después, la realidad les desmontó todo el “tinglao”, demostrando que los convocantes de la movilización no sólo habían tenido éxito en el seguimiento, sino también en el desarrollo pacífico de la misma, algo que hoy nadie discute y todo el mundo aplaude. El PP, que quería matar dos pájaros de un tiro, ha errado estrepitosamente en sus disparos, “no ha rozado ni al muñeco” y se ha quedado sin premio.
Los sindicatos, en el punto de mira del gran capital, que persigue su desaparición, han demostrado ser los más sensatos al convocar una huelga de un solo día. Su objetivo no era “cargarse al gobierno”, sino abrir puertas al diálogo para que el peso de la salida de la crisis no recaiga únicamente sobre las espaldas de los trabajadores. Sinceramente, creo que los sindicatos se la jugaban y han salido reforzados de este envite. No se puede decir lo mismo de la Patronal ni del Gobierno, que ya están dejando damnificados por el camino, como Díaz Ferrán (Presidente de la CEOE) y Corbacho (Ministro de Trabajo).
Alhama no ha sido diferente al resto de España. La Huelga tuvo éxito en el sector industrial y en el transporte, mientras que en comercio, hostelería y servicios, el seguimiento fue irregular. Los trabajadores alhameños siguieron mayoritariamente la convocatoria de paro, concienciados de lo que se jugaban en ella, y ejerciendo su derecho constitucional a la defensa de sus intereses laborales. Por su parte, los piquetes, a los que algunos habían demonizado, demostraron que realmente eran informativos, dando un ejemplo de responsabilidad y civismo. Prueba evidente de ello es que en nuestro pueblo no hubo ni un solo incidente.
Desde esta columna, quiero felicitar a los sindicalistas, que se afanan todos los días para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, y ese día, una vez más, estuvieron al pie del cañón.

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