artículo de Damián Rubio para Línea LocalEl centro de Alhama con el paso del tiempo se ha convertido en un verdadero esperpento urbanístico. La falta de planificación de las últimas décadas ha propiciado un disparate estético en su conjunto, como consecuencia de la amalgama de edificaciones construidas en distintas épocas que no guardan la más mínima relación entre sí. Me estoy refiriendo al entorno que se extiende desde la calle de la Feria y el Jardín de los Patos, hasta la Plaza de la Constitución y Parque de la Cubana. No ha habido gobierno municipal, hasta donde me alcanza la memoria, que no haya intentando “inmortalizarse” dejando su sello en esta zona. Los espacios más castigados han sido los Patos y el Castillo.
Hasta no hace mucho, el centro urbano de Alhama guardaba un cierto equilibrio estético. Los edificios no solían superar las dos plantas y estaban construidos con materiales muy similares, como pudimos comprobar en la reciente exposición fotográfica de nuestro paisano Mateo García en el Pósito. A todo este entramado urbano se unían varios huertos, con sus correspondientes casas solariegas.
A partir de los años 60, la falsa idea de progreso, que entendía como tal la destrucción de lo viejo para construir edificios parecidos a los de las ciudades, tuvo su eclosión. Empezaron a proliferar en nuestro pueblo modernos bloques de pisos en pleno centro urbano. La rehabilitación de viviendas y la conservación de las mismas ni se planteaban. Resulta milagroso que se hayan escapado de la demolición, por ahora, la Plaza de Abastos y el Circulo Viejo.
Últimamente los gobiernos municipales, para no ser menos que sus antecesores, están intentando dar un lavado de cara a la zona referida. Se han realizado algunas actuaciones y otras están en proyecto, como el futuro auditorio cubierto que ocupará el solar del actual. Recientemente se ha inaugurado la segunda fase de la calle de la Feria, que viene a completar la obra realizada en el entorno de la Iglesia de San lázaro. La siguiente obra, que ya está en fase de adjudicación, engloba la remodelación del Jardín de los Patos y la construcción de una redonda en la confluencia de las Avenidas de Juan Carlos I y Constitución. Sigue sin plantearse una actuación de conjunto que resuelva la situación del Circulo Viejo, la medianera de edifico colindante con la parada de autobuses y la demandada cubierta para la Plaza de Abastos. Nuestros gobernantes, como de costumbre, siguen actuando “a salto de mata”. De hecho, han convertido un proyecto consensuado, como era el del Jardín de los Patos, en otro con su propio sello personal, que incluye el “pegado postizo” de la redonda.
No sabemos si con tanta obra el centro quedará más bonito. Lo que sí está claro es que “no lo va a conocer ni la madre que lo parió”. Espero que, una vez que hayan conseguido la rentabilidad electoral que persiguen con sus retoques en el centro y con la aprobación de macro-proyectos urbanísticos, nuestros regidores se acuerden de abordar las pequeñas cosas que el pueblo necesita, y que el Sr. Espadas enarboló en su campaña electoral antes de unirse al PPSOE. Cuando nuestro actual alcalde hablaba de las cosas pequeñas se refería a la educación, sanidad, seguridad ciudadana, limpieza viaria y servicios públicos en general. Prueba de que su mandato no está siendo eficiente es que seguimos con colegios masificados, centro de salud insuficiente, inseguridad ciudadana creciente –a pesar del aumento del número de agentes- y servicios públicos cada vez más caros e ineficaces. Y todo ello contando con el inestimable apoyo de sus socios del PP.
Hasta no hace mucho, el centro urbano de Alhama guardaba un cierto equilibrio estético. Los edificios no solían superar las dos plantas y estaban construidos con materiales muy similares, como pudimos comprobar en la reciente exposición fotográfica de nuestro paisano Mateo García en el Pósito. A todo este entramado urbano se unían varios huertos, con sus correspondientes casas solariegas.
A partir de los años 60, la falsa idea de progreso, que entendía como tal la destrucción de lo viejo para construir edificios parecidos a los de las ciudades, tuvo su eclosión. Empezaron a proliferar en nuestro pueblo modernos bloques de pisos en pleno centro urbano. La rehabilitación de viviendas y la conservación de las mismas ni se planteaban. Resulta milagroso que se hayan escapado de la demolición, por ahora, la Plaza de Abastos y el Circulo Viejo.
Últimamente los gobiernos municipales, para no ser menos que sus antecesores, están intentando dar un lavado de cara a la zona referida. Se han realizado algunas actuaciones y otras están en proyecto, como el futuro auditorio cubierto que ocupará el solar del actual. Recientemente se ha inaugurado la segunda fase de la calle de la Feria, que viene a completar la obra realizada en el entorno de la Iglesia de San lázaro. La siguiente obra, que ya está en fase de adjudicación, engloba la remodelación del Jardín de los Patos y la construcción de una redonda en la confluencia de las Avenidas de Juan Carlos I y Constitución. Sigue sin plantearse una actuación de conjunto que resuelva la situación del Circulo Viejo, la medianera de edifico colindante con la parada de autobuses y la demandada cubierta para la Plaza de Abastos. Nuestros gobernantes, como de costumbre, siguen actuando “a salto de mata”. De hecho, han convertido un proyecto consensuado, como era el del Jardín de los Patos, en otro con su propio sello personal, que incluye el “pegado postizo” de la redonda.
No sabemos si con tanta obra el centro quedará más bonito. Lo que sí está claro es que “no lo va a conocer ni la madre que lo parió”. Espero que, una vez que hayan conseguido la rentabilidad electoral que persiguen con sus retoques en el centro y con la aprobación de macro-proyectos urbanísticos, nuestros regidores se acuerden de abordar las pequeñas cosas que el pueblo necesita, y que el Sr. Espadas enarboló en su campaña electoral antes de unirse al PPSOE. Cuando nuestro actual alcalde hablaba de las cosas pequeñas se refería a la educación, sanidad, seguridad ciudadana, limpieza viaria y servicios públicos en general. Prueba de que su mandato no está siendo eficiente es que seguimos con colegios masificados, centro de salud insuficiente, inseguridad ciudadana creciente –a pesar del aumento del número de agentes- y servicios públicos cada vez más caros e ineficaces. Y todo ello contando con el inestimable apoyo de sus socios del PP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario