Ya está aquí de nuevo la Feria de Alhama. ¡Cómo pasa el tiempo! En menos que canta un gallo, ha pasado un año y volvemos a tener en nuestras manos el programa de fiestas. Por cierto, este año he observado algunos cambios significativos en el contenido gráfico del mismo. Se ha reducido sustancialmente el número de fotos con la imagen de nuestro primer edil y los concejales gobernantes, pasando de superar el medio centenar, sólo el Sr. Romero Cánovas, a menos de una decena entre los dos alcaldes de la presente legislatura, aunque se sigue utilizando como folleto electoral por los gobernantes de turno. En esta ocasión promocionando la desgastada imagen del Presidente Zapatero en el saluda inicial o las bondades del pacto PPSOE como “triunfo de la democracia”. Me parece de risa que se nos entregue el programa de actos lúdico-culturales con la imagen de Zapatero en primera página deseándonos a los alhameños felices fiestas, después del “sarao” en el que nos ha metido con la reforma laboral y con una huelga general de por medio. De igual manera, me parece una tomadura de pelo que se quiera vender, con el dinero de todos, el pacto anti-natura entre populares y socialistas locales como un ejemplo de democracia.
Una vez más, nuestras fiestas vienen precedidas de la ya habitual polémica. Si el año pasado se suscitó la misma adelantando el chupinazo, retrasando las carrozas al domingo y aplazando los fuegos artificiales al día del Pilar, en el presente la controversia viene provocada por el cambio de ubicación de las carpas, las verbenas y la Feria de Día. Cada vez resulta más evidente que la ubicación del recinto ferial en el centro del casco urbano, que en sus inicios supuso grandes ventajas, actualmente, con la incorporación de nuevas atracciones y actividades, se ha quedado pequeño y con ello se multiplican los inconvenientes: caos de tráfico, molestias a muchos vecinos, falta de espacio, problemas de seguridad, etc. Alhama necesita un nuevo recinto acorde con las necesidades y exigencias actuales, que permita aglutinar en un mismo espacio las múltiples actividades que se organizan en las fiestas, a la vez que admita su utilización para otros eventos de interés municipal.
Lo que más me llama la atención, respecto a la distribución de los distintos espacios festivos este año, es el hecho de que la Residencia de Mayores haya quedado como una isla rodeada de ruido por todas partes. A su espalda la Montaña Rusa, en frente las carpas, a un costado la Feria de Día y a pie de escalera las verbenas populares. Con todo ello, los residentes tienen garantizada “la marcha” desde la 12 del medio día, con la apertura de la Feria de Día, hasta el cierre de las carpas a altas horas de la madrugada. No sé si con este acoso y derribo pretenden justificar la necesidad del cambio de ubicación de la Residencia o se trata de un programa “novedoso” de integración inter-generacional, tan exportable a otros municipios como el pacto PPSOE.
En cuanto a la programación de actos, se mantiene la línea de años anteriores, salvo una novedad que me ha dejado estupefacto: la vuelta a la Prehistoria organizando la captura del cerdo “engrasao”. Después de la que está cayendo con el maltrato animal, que en nuestras fiestas ya había desaparecido, volvemos a las andadas como si no hubiésemos evolucionado en lo que a nuestra sensibilidad se refiere. Me parece muy triste que al marcar en cualquier buscador de internet “maltrato animal cerdo engrasado” aparezca la referencia a las fiestas de Alhama de Murcia. Creo que hay otras formas de promoción municipal mucho más civilizadas. Si los jóvenes peñistas que organizan el acto, en su lógico ánimo de diversión, no han caído en la cuenta de la repercusión negativa del mismo, algún responsable político debería haber puesto el sentido común.
Una vez más, nuestras fiestas vienen precedidas de la ya habitual polémica. Si el año pasado se suscitó la misma adelantando el chupinazo, retrasando las carrozas al domingo y aplazando los fuegos artificiales al día del Pilar, en el presente la controversia viene provocada por el cambio de ubicación de las carpas, las verbenas y la Feria de Día. Cada vez resulta más evidente que la ubicación del recinto ferial en el centro del casco urbano, que en sus inicios supuso grandes ventajas, actualmente, con la incorporación de nuevas atracciones y actividades, se ha quedado pequeño y con ello se multiplican los inconvenientes: caos de tráfico, molestias a muchos vecinos, falta de espacio, problemas de seguridad, etc. Alhama necesita un nuevo recinto acorde con las necesidades y exigencias actuales, que permita aglutinar en un mismo espacio las múltiples actividades que se organizan en las fiestas, a la vez que admita su utilización para otros eventos de interés municipal.
Lo que más me llama la atención, respecto a la distribución de los distintos espacios festivos este año, es el hecho de que la Residencia de Mayores haya quedado como una isla rodeada de ruido por todas partes. A su espalda la Montaña Rusa, en frente las carpas, a un costado la Feria de Día y a pie de escalera las verbenas populares. Con todo ello, los residentes tienen garantizada “la marcha” desde la 12 del medio día, con la apertura de la Feria de Día, hasta el cierre de las carpas a altas horas de la madrugada. No sé si con este acoso y derribo pretenden justificar la necesidad del cambio de ubicación de la Residencia o se trata de un programa “novedoso” de integración inter-generacional, tan exportable a otros municipios como el pacto PPSOE.
En cuanto a la programación de actos, se mantiene la línea de años anteriores, salvo una novedad que me ha dejado estupefacto: la vuelta a la Prehistoria organizando la captura del cerdo “engrasao”. Después de la que está cayendo con el maltrato animal, que en nuestras fiestas ya había desaparecido, volvemos a las andadas como si no hubiésemos evolucionado en lo que a nuestra sensibilidad se refiere. Me parece muy triste que al marcar en cualquier buscador de internet “maltrato animal cerdo engrasado” aparezca la referencia a las fiestas de Alhama de Murcia. Creo que hay otras formas de promoción municipal mucho más civilizadas. Si los jóvenes peñistas que organizan el acto, en su lógico ánimo de diversión, no han caído en la cuenta de la repercusión negativa del mismo, algún responsable político debería haber puesto el sentido común.
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