La Navidad es la antesala que sirve de cierre al año y, rodeado de mantecados y cordiales, me dispongo a despedir este 2010. Como ya viene siendo tradición, voy a realizar un repaso de los artículos publicados semanalmente en esta columna. Siendo fiel al título de este espacio, la práctica totalidad de los escritos han estado centrados en asuntos relacionados con cosas de Alhama, tratados desde el máximo respeto, pero con la libertad que siempre he tenido en este periódico para expresar mis opiniones.
Los asuntos planteados abarcan un amplio abanico de temas relacionados con la vida social, política, económica o cultural de nuestro pueblo. Sin duda, el acontecimiento político de este año fue el cambio de vara en la alcaldía, que pasó de manos del popular Juan Romero al socialista Pepe Espadas. Este acontecimiento estuvo rodeado de polémica por la sorprendente y extraña retirada de competencias del Sr. Basauri, titular de cultura y deportes. El alcalde saliente dejó una pincelada más de su habilidad para enredar e imponer, dejando al referido edil como convidado de piedra en el Grupo Popular, y en el Gobierno PPSOE. Todo ello enmarcado en las luchas internas que sirvieron como aperitivo al congreso del PP local. En todo este asunto el papel del nuevo alcalde no pasó de ver, oír y tragar. No era cuestión de quedarse con la miel en los labios después de casi 3 años esperando su turno, y sólo por “un quíteme usted esas pajas” entre sus socios de gobierno. Por otra parte, además de la alternancia en la alcaldía, el pacto únicamente consistía en el reparto de concejalías y sueldos entre los ediles de PP y PSOE.
El cambio de alcalde no ha supuesto en modo alguno un giro en la política municipal, como cabría esperar de un edil supuestamente de izquierdas. A falta de lucha ideológica ha habido, y sigue habiendo, entre los componentes del Pacto, auténticos codazos por aparecer en la foto. Nadie quiere quedarse descolocado con vistas a la próxima contienda electoral.
En un año como éste nuestro pueblo no ha estado ajeno a la crisis económica que nos envuelve. El primer zarpazo fue la suspensión de pagos de Polaris, que tiró por tierra el sueño de progreso y prosperidad origen del pacto PPSOE, fundamentado en la búsqueda de estabilidad para facilitar las inversiones de ésta y otras grandes promotoras inmobiliarias. Esto no ha supuesto ningún freno para que nuestro Gobierno Municipal siga adelante con la aprobación de convenios y planes parciales. Mientras tanto, el Plan General de Urbanismo sigue sin la aprobación definitiva tantas veces anunciada. Últimamente los magos de la política se han sacado de la chistera un nuevo sueño “más grande, más mejor y más brillante que el de Polaris”. La nueva estrella se llama Paramount.
Las medidas de ajuste del Gobierno Central y Autonómico han tenido su repercusión en nuestro municipio: paralización de inversiones, ralentización de las obras del AVE, reducción en los Planes de Obras y Servicios, supresión del Plan E, recortes en prestaciones sociales, etc. Como consecuencia de algunas de estas medidas los trabajadores se vieron obligados a movilizarse en la Huelga General del 29 de septiembre, que en Alhama tuvo especial incidencia en el sector industrial. La consecuencia más grave ha sido el aumento del paro, que en nuestra localidad ha pasado de ser prácticamente testimonial a afectar ya a 2.000 personas.
Aunque no tengo ninguna bolita mágica, mis predicciones del año anterior se han cumplido, puesto que de nada ha servido el cambio de alcalde. Y me temo que el próximo año, con elecciones municipales de por medio, estaremos en las mismas.
Los asuntos planteados abarcan un amplio abanico de temas relacionados con la vida social, política, económica o cultural de nuestro pueblo. Sin duda, el acontecimiento político de este año fue el cambio de vara en la alcaldía, que pasó de manos del popular Juan Romero al socialista Pepe Espadas. Este acontecimiento estuvo rodeado de polémica por la sorprendente y extraña retirada de competencias del Sr. Basauri, titular de cultura y deportes. El alcalde saliente dejó una pincelada más de su habilidad para enredar e imponer, dejando al referido edil como convidado de piedra en el Grupo Popular, y en el Gobierno PPSOE. Todo ello enmarcado en las luchas internas que sirvieron como aperitivo al congreso del PP local. En todo este asunto el papel del nuevo alcalde no pasó de ver, oír y tragar. No era cuestión de quedarse con la miel en los labios después de casi 3 años esperando su turno, y sólo por “un quíteme usted esas pajas” entre sus socios de gobierno. Por otra parte, además de la alternancia en la alcaldía, el pacto únicamente consistía en el reparto de concejalías y sueldos entre los ediles de PP y PSOE.
El cambio de alcalde no ha supuesto en modo alguno un giro en la política municipal, como cabría esperar de un edil supuestamente de izquierdas. A falta de lucha ideológica ha habido, y sigue habiendo, entre los componentes del Pacto, auténticos codazos por aparecer en la foto. Nadie quiere quedarse descolocado con vistas a la próxima contienda electoral.
En un año como éste nuestro pueblo no ha estado ajeno a la crisis económica que nos envuelve. El primer zarpazo fue la suspensión de pagos de Polaris, que tiró por tierra el sueño de progreso y prosperidad origen del pacto PPSOE, fundamentado en la búsqueda de estabilidad para facilitar las inversiones de ésta y otras grandes promotoras inmobiliarias. Esto no ha supuesto ningún freno para que nuestro Gobierno Municipal siga adelante con la aprobación de convenios y planes parciales. Mientras tanto, el Plan General de Urbanismo sigue sin la aprobación definitiva tantas veces anunciada. Últimamente los magos de la política se han sacado de la chistera un nuevo sueño “más grande, más mejor y más brillante que el de Polaris”. La nueva estrella se llama Paramount.
Las medidas de ajuste del Gobierno Central y Autonómico han tenido su repercusión en nuestro municipio: paralización de inversiones, ralentización de las obras del AVE, reducción en los Planes de Obras y Servicios, supresión del Plan E, recortes en prestaciones sociales, etc. Como consecuencia de algunas de estas medidas los trabajadores se vieron obligados a movilizarse en la Huelga General del 29 de septiembre, que en Alhama tuvo especial incidencia en el sector industrial. La consecuencia más grave ha sido el aumento del paro, que en nuestra localidad ha pasado de ser prácticamente testimonial a afectar ya a 2.000 personas.
Aunque no tengo ninguna bolita mágica, mis predicciones del año anterior se han cumplido, puesto que de nada ha servido el cambio de alcalde. Y me temo que el próximo año, con elecciones municipales de por medio, estaremos en las mismas.
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