Durante el año 2008, en pleno boom inmobiliario, en nuestra localidad se procedió a realizar la revisión de los valores catastrales de los inmuebles. La misma se elaboró por la Dirección General del Catastro, en base a un estudio de mercado sobre el precio de los diferentes tipos de edificaciones en las distintas zonas urbanas de Alhama, aportado por las inmobiliarias. Posteriormente fue informado y aprobado por nuestro Ayuntamiento. Como consecuencia de estas nuevas valoraciones, se produjo un incremento de las mismas que, en la mayoría de los casos, triplicaban las existentes desde la anterior revisión, realizada en 1995.
La coyuntura era propicia para que este aumento en la valoración contase con todas las bendiciones: un gobierno municipal con mayoría absoluta de los partidos mayoritarios PP y PSOE, cuya fuente de financiación principal estaba basada en los ingresos urbanísticos; el monocultivo del ladrillo en su máximo esplendor; los especuladores campando a sus anchas; y las entidades financieras esperándonos con las puertas abiertas, encantadas con ofrecer préstamos a diestro y siniestro. En pocas palabras, eso que ahora llaman “vivir por encima de nuestras posibilidades” fue propiciado por los que alentaron con sus políticas esta situación. Todo el mundo aspiraba a nuevo rico y además estaba encantado con que sus propiedades aumentaran de valor. Únicamente los que sólo tenemos como propiedad nuestra vivienda habitual, y nunca hemos aspirado a ser ricos, entendimos que triplicar el valor de nuestro patrimonio supondría, inexorablemente, un incremento en el recibo de la contribución.
Si la repercusión de esa valoración catastral hubiese sido directa sobre el recibo de la contribución, el incremento habría sido espectacular y, probablemente, “habrían rodado algunas cabezas”. Pero no es así, sobre el valor revisado se está aplicando un coeficiente reductor que irá disminuyendo cada año, durante un periodo de diez, hasta que en 2019 coincidan el valor catastral y la base liquidable. Sobre esta última, se aplica el porcentaje que anualmente determina el Ayuntamiento en su ordenanza fiscal y que da como resultado lo que el vecino paga en su recibo. Pese a todo, en el año 2009, primer año de aplicación, el recibo se incrementó en torno a un 10 %; en 2010, otro 10%; y en 2011, un 5%. En estos tres últimos años ya acumulamos un 25 % de subida.
En el pasado mes de octubre, el actual Gobierno Municipal del PP-CCD estableció las nuevas ordenanzas fiscales aplicables en el año 2012. Respecto al IBI, o contribución, pese a que nuevamente aumentó la base liquidable (por efecto de la disminución del coeficiente reductor sobre el valor catastral) decidió incrementar en 4 puntos el tipo impositivo respecto al 2011. En un alarde de malabarismo dialéctico, el Concejal de Hacienda, Sr. Cánovas, nos dijo en nota de prensa que el tipo del IBI volvía a ser el mismo que en 2010, que sólo supondría unos 17 euros de subida en el recibo y que, además, rebajaría la tasa de basura (9 € en viviendas y 5 para pensionistas). Por otra parte, desacreditaba a los miembros de la oposición y les acusaba de manipular y dar cifras equivocadas cuando decían que la subida del recibo de contribución estaría en este año 2012 entre un 15 y un 25 %, o lo que es lo mismo entre 30 y 50 €, dependiendo de la zona.La realidad deja a cada cual en su sitio y, una vez puesto al cobro el recibo de la contribución, hemos constatado que alguien nos está tomando el pelo. Mientras que hasta el año 2008 se venía incrementando un 2 % anual, este año nos lo han subido un 25%. Es decir, en poco menos de 4 años llevamos un 50% de subida. Si estuviésemos en un campo de futbol, gritaríamos con todas nuestras fuerzas: ¡Manos arriba, esto es un atraco!
La coyuntura era propicia para que este aumento en la valoración contase con todas las bendiciones: un gobierno municipal con mayoría absoluta de los partidos mayoritarios PP y PSOE, cuya fuente de financiación principal estaba basada en los ingresos urbanísticos; el monocultivo del ladrillo en su máximo esplendor; los especuladores campando a sus anchas; y las entidades financieras esperándonos con las puertas abiertas, encantadas con ofrecer préstamos a diestro y siniestro. En pocas palabras, eso que ahora llaman “vivir por encima de nuestras posibilidades” fue propiciado por los que alentaron con sus políticas esta situación. Todo el mundo aspiraba a nuevo rico y además estaba encantado con que sus propiedades aumentaran de valor. Únicamente los que sólo tenemos como propiedad nuestra vivienda habitual, y nunca hemos aspirado a ser ricos, entendimos que triplicar el valor de nuestro patrimonio supondría, inexorablemente, un incremento en el recibo de la contribución.
Si la repercusión de esa valoración catastral hubiese sido directa sobre el recibo de la contribución, el incremento habría sido espectacular y, probablemente, “habrían rodado algunas cabezas”. Pero no es así, sobre el valor revisado se está aplicando un coeficiente reductor que irá disminuyendo cada año, durante un periodo de diez, hasta que en 2019 coincidan el valor catastral y la base liquidable. Sobre esta última, se aplica el porcentaje que anualmente determina el Ayuntamiento en su ordenanza fiscal y que da como resultado lo que el vecino paga en su recibo. Pese a todo, en el año 2009, primer año de aplicación, el recibo se incrementó en torno a un 10 %; en 2010, otro 10%; y en 2011, un 5%. En estos tres últimos años ya acumulamos un 25 % de subida.
En el pasado mes de octubre, el actual Gobierno Municipal del PP-CCD estableció las nuevas ordenanzas fiscales aplicables en el año 2012. Respecto al IBI, o contribución, pese a que nuevamente aumentó la base liquidable (por efecto de la disminución del coeficiente reductor sobre el valor catastral) decidió incrementar en 4 puntos el tipo impositivo respecto al 2011. En un alarde de malabarismo dialéctico, el Concejal de Hacienda, Sr. Cánovas, nos dijo en nota de prensa que el tipo del IBI volvía a ser el mismo que en 2010, que sólo supondría unos 17 euros de subida en el recibo y que, además, rebajaría la tasa de basura (9 € en viviendas y 5 para pensionistas). Por otra parte, desacreditaba a los miembros de la oposición y les acusaba de manipular y dar cifras equivocadas cuando decían que la subida del recibo de contribución estaría en este año 2012 entre un 15 y un 25 %, o lo que es lo mismo entre 30 y 50 €, dependiendo de la zona.La realidad deja a cada cual en su sitio y, una vez puesto al cobro el recibo de la contribución, hemos constatado que alguien nos está tomando el pelo. Mientras que hasta el año 2008 se venía incrementando un 2 % anual, este año nos lo han subido un 25%. Es decir, en poco menos de 4 años llevamos un 50% de subida. Si estuviésemos en un campo de futbol, gritaríamos con todas nuestras fuerzas: ¡Manos arriba, esto es un atraco!
No hay comentarios:
Publicar un comentario