articulo de Damián Rubio publicado en Línea Local
Mientras los medios de
comunicación nos entretienen con los clásicos culebrones veraniegos –este año,
de nuevo, ha tocado Gibraltar- el pasado 13 de julio se publicó el Real Decreto
Ley 9/2013, conocido como la Reforma Eléctrica. Con el pretexto de evitar la
subida de precios de las tarifas eléctricas, se pretende frenar en seco el
avance de las energías renovables y mantener el monopolio del sector de la
electricidad en nuestro país.
Como es un tema que me interesa,
tanto desde el punto de vista ecológico como económico, me he preocupado de ir
contrastando diferentes informaciones que han ido apareciendo sobre este asunto
de la Reforma Eléctrica. Las más críticas, con las que coincido en buena medida, afirman que detrás
de todo este “tinglao” se esconden los intereses de las grandes compañías
eléctricas españolas.
A nadie se le escapa que en
nuestros tiempos quien tiene el control de la energía tiene el poder. La prueba
evidente de ello es que las grandes compañías eléctricas inciden directamente
sobre las decisiones políticas que se toman a todos los niveles. Además de
ejercer una enorme influencia en los medios de comunicación.
Por si alguien tenía alguna duda
al respecto del idilio entre nuestros gobernantes y las compañías eléctricas,
no hay más revisar la nómina de ex-políticos que engrosan los consejos de
administración de estas grandes empresas. Entre los más destacados, dos presidentes del gobierno como José María
Aznar (ENDESA) y Felipe González (FENOSA), a los que acompaña una corte celestial
de ministros y altos cargos que para relacionarlos me faltaría artículo.
No es fácil desenmarañar la estrategia que las
grandes compañías eléctricas, en
complicidad con el gobierno de turno, tejen para que los ciudadanos no tengamos
información suficiente sobre sus manejos, a la hora de establecer el sistema de
tarifas sobre el consumo que realizamos. Tampoco resulta sencillo averiguar
cuáles son los intereses ocultos que les mueven a impedir el avance de las
energías renovables. No obstante, con la
información obtenida, puedo ofrecer algunas pistas que a continuación expongo.
Ningún gobierno, aprovechando sus
mayorías absolutas, ha permitido que se efectúen auditorías energéticas a las
compañías eléctricas para que los ciudadanos, como consumidores, conozcamos
cómo se establecen los precios de la energía
que utilizamos. El acceso a la energía no debe estar en manos de 5
empresas que para asegurarse su poder e influencia contratan a políticos
retirados, como si de un “cementerio e elefantes” se tratase.
La energía se ha convertido en un
coto protegido por los dos grandes partidos nacionales (PP-PSOE) en el que no
se da acceso a ningún otro sector relacionado con la misma, y mucho menos al
resto de grupos parlamentarios. De esta manera se mantiene a los ciudadanos
totalmente al margen, y se hace realidad el dicho de Juan Palomo: “Yo me lo
guiso, yo me lo como”.
Las empresas eléctricas no
permiten que en España, teniendo más sol y viento que el resto de Europa, despunten
las energías renovables. Prefieren que las inversiones en este sector vayan a
otros países, y que los españoles sigamos utilizando el Sol únicamente como
reclamo turístico para seguir siendo la “tostadora de Europa”.
Damián Rubio es Coordinador local de IU-Alhama
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