Artículo de Damián rubio publicado en Línea Local
La factoría ideológica del PP,
denominada FAES (Fundación para el
Análisis y los Estudios Sociales) que preside Aznar, ha recuperado una vieja
idea del bipartidismo español consistente en proponer la “elección
directa” de los alcaldes. No se trata ni
mucho menos de utilizar un sistema de listas abiertas en el que los ciudadanos
tengan la posibilidad de elegir a la persona que consideren más capacitada,
sino de garantizar la alcaldía al partido más votado, aunque no consiga el
apoyo de la mayoría de los concejales.
Nada de lo que se “cocina” en la FAES sale a la luz pública por azar o
casualidad. El PP sigue dándole vueltas al “batacazo” recibido en las
Elecciones Europeas, en las que perdió más de dos millones y medio de votos.
Además, los populares tienen muy claro que en estos momentos su principal
enemigo no es el PSOE, sino los partidos de centro e izquierda que están
cambiando el panorama político español, y que pueden hacerle peligrar las
alcaldías de las principales ciudades españolas.
A nadie se le escapa que una vez pasado el periodo estival comenzará la
“batalla” por las elecciones municipales. Las mentes pensantes de la derecha
han puesto a funcionar sus calculadoras, y se han dado cuenta de que no les
cuadran las cifras porque, tal y como se plantea el panorama electoral después
de las Europeas, el número de capitales de provincia con alcaldes del PP
(actualmente 34 de las 50) podría verse considerablemente reducido, si se
estableciesen coaliciones o pactos post-electorales entre otros partidos.
El objetivo principal del PP con esta propuesta de “elección directa” de
los alcaldes no es otro que garantizarse las alcaldías “contra viento y marea”.
Los números les hacen ver que pese a la sangría de votos, aún podrían mantenerse como lista más votada.
Hay que tener en cuenta que el voto de la derecha no nacionalista se concentra
mayoritariamente en el PP, mientras que el espectro político de la izquierda es
mucho más amplio y diversificado.
Creo que si esta propuesta prosperara se le haría un flaco favor a la
democracia, puesto que lleva implícito un blindaje contra las mociones de
censura y garantiza un mandato personalista del alcalde durante cuatro años,
sin posibilidad alguna de revocación que no sea por mandato judicial o dimisión
propia. En Alhama, los pactos PPSOE, o con quien se tercie, no incluirían el
relevo en la alcaldía.
Nos quieren vender esta “ocurrencia” como garantía de gobernabilidad
municipal, cuando en realidad es todo lo contrario, porque tener la lista más
votada no garantiza tener el mayor número de concejales en el consistorio. Un
alcalde en minoría estaría atado de pies y manos ante las cuestiones más
importantes, que deben decidirse en el Pleno: presupuestos, plantilla de
personal, cuestiones urbanísticas, contratos plurianuales, etc.
Me parece que con los rigores del verano a algunos se
les han “recalentao” las neuronas y esto, sumado al nerviosismo provocado por
los resultados de las Europeas, ha hecho que quieran vendernos humo con sus
delirios. Sólo faltaría que nos
propusieran que el cargo de alcalde fuese hereditario, en este caso entre
miembros del Partido Popular.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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