artículo de Damián Rubio para Línea Local
En el año 2009 el ayuntamiento de
Alhama se sumó a la iniciativa, junto con otros municipios, denominada “Tómate en serio el Cambio
Climático”. La misma consistía en la implantación de un sistema de préstamo gratuito
de bicicletas denominado “BiciAlhama”, que formaba parte del Plan de Acción de
la Agenda 21. El proyecto se anunció, como no podía ser menos, “a bombo y
platillo” con la presencia de autoridades municipales y regionales, que dieron
el pistoletazo de salida con un paseo, acompañados de medios de comunicación y la
correspondiente escolta policial para garantizar la seguridad de los
improvisados ciclistas.
La infraestructura, completada en
dos fases, comprendía 9 puntos de préstamo automatizado de bicicletas
instalados en lugares estratégicos del casco urbano, con 10 vehículos en cada
uno de ellos, además del software necesario para la gestión del servicio. En
total, el Ayuntamiento gastó en este sistema de préstamo de 90 bicicletas unos
200.000 euros.
Me he tomado la molestia de consultar
mi propia hemeroteca, y he podido comprobar que en 2009 ya escribí dos
artículos en este mismo medio afirmando que el BiciAlhama era una campaña de
marketing, orquestada desde instancias superiores, para obtener beneficios
electorales, puesto que se empezaba la casa por el tejado. No se puede fomentar
el uso de la bicicleta sin contar con la infraestructura necesaria: carriles
bici, aparcamientos, supresión de barreras arquitectónicas, señalización, etc.
Se veía venir desde su inicio que este proyecto estaba abocado al fracaso.
Los alhameños estamos a favor del
uso de la bicicleta en el medio urbano, y somos conscientes de la necesidad de
reducir la contaminación, pero a lo que no estamos dispuestos es a jugarnos el
físico cada vez que nos pongamos a dar pedales, moviéndonos entre una maraña de
vehículos a motor sin la más mínima seguridad.
No sólo hace falta infraestructuras
para que apostemos definitivamente por el uso de la bici en el entorno urbano,
sino que es necesario un cambio profundo de mentalidad en los ciudadanos para
que la utilización de este vehículo sea algo cotidiano, no sólo esporádico
o reducido a la práctica deportiva y de
recreo.
Las administraciones por su parte
deben hacer campañas permanentes de concienciación ciudadana, no solamente cuando se acerca alguna campaña
electoral y conviene hacerle algún guiño al ecologismo.
Me he quedado de piedra al enterarme
que el Gobierno Municipal ya ha tomado la decisión de vender en subasta pública
la infraestructura montada para el BiciAlhama, después de su estrepitoso
fracaso. Sólo se salvan las bicicletas que aún están operativas y que se
pondrán en alquiler por el sistema tradicional de pago por tiempo de utilización.
Creo que este sistema esta pensado casi exclusivamente para uso recreativo y
esporádico, con lo cual el objetivo principal que es fomentar el uso de este
vehículo para movilidad urbana queda como mera anécdota.
Me parece que la desidia municipal en este asunto es
escandalosa, no hay más que ver cómo en la página web del Ayuntamiento se sigue
publicitando un servicio ya defenestrado como el BiciAlhama.
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