sábado, 17 de diciembre de 2011

PROGRAMA DE NAVIDAD



Cada año la Navidad llega antes. Como siempre, las grandes cadenas comerciales se encargan de anunciárnosla con un mes de antelación como mínimo. Su principal empeño es que no se nos olvide que en estas fechas “tan señaladas” tenemos que consumir más que en el resto del año. Nada más iniciarse el mes de diciembre, los comercios empiezan a engalanarse con los típicos reclamos navideños: luces de colores, guirnaldas, árboles, muñecos de nieve, y todo tipo de objetos y personajes alusivos a esta festividad. Los ayuntamientos no se quedan atrás y, por aquello de fomentar la economía local, entran en el juego y adornan las principales calles comerciales para “animar el cotarro” y colaborar en esta vorágine consumista.
La Navidad se ha convertido en una fiesta local más, con su programa de actividades y pregonero incluidos, como sucede con la Semana Santa, los Mayos y la Feria. A este paso, cada vez nos costará más trabajo encontrar pregoneros, a no ser que se pueda repetir el protagonista. Este año en Alhama tenemos una extensa gama de actividades, que se inician en el puente de la Constitución y finalizan después de Reyes.
Lógicamente, buena parte de los actos programados son conciertos, certámenes y recitales de música navideña, especialmente de villancicos. También se repiten actividades que ya empiezan a ser tradicionales: concurso de belenes y tarjetas de felicitación, Auto de los Pastores, Auto de Reyes en el Berro y la bajada de la Candelaria. Lo chocante es que, junto a ellas, algún “avispado” no pierda ocasión de promocionar su negocio organizando actividades lúdicas en torno a su pantalla gigante, sin que esto tenga nada que ver con la Navidad y sin que importe que, para su mayor lucimiento, haya que cortar el tráfico rodado en el centro urbano. Resulta indignante la forma en que algunos utilizan su cargo en beneficio propio, sin desligar su función pública como concejal de su actividad privada como empresario.
Esta Navidad, tan organizada y programada, esta muy lejos de aquella que recuerdo en la que los alhameños salíamos espontáneamente en cuadrilla a cantar villancicos y pedir el “aguilando” de casa en casa, donde éramos recibidos con las puertas abiertas y agasajados con los dulces caseros elaborados por la familia: cordiales, tortas de Pascua y de naranja, mantecados, rollos, alfajores, etc. Todo ello acompañado de la correspondiente copita de anís o mistela, para hacer más llevadero el frío propio de esta época invernal. No necesitábamos que nadie nos empujase a salir a la calle; con muy poco nos montábamos la fiesta.
Estas fechas son propicias para sacar lo mejor de nosotros mismos y compartirlo con los demás. El calendario nos recuerda que tenemos que reunirnos con nuestros familiares y amigos, que debemos ser felices y contribuir a la felicidad de los otros. Para ello no es necesario el consumo compulsivo al que se nos incita a través de la publicidad y de la parafernalia luminotécnica con la que nos invaden. Todo es mucho más sencillo, simplemente se trata de sacar a flote nuestro lado más humano. No necesitamos ni el mejor perfume, ni el mejor automóvil; ni comprar a nuestros hijos el último juguete electrónico o marcharnos de viaje a un país exótico.
La crisis nos debería servir para poner los pies en el suelo y recordarnos que no hace muchos años, con una guitarra, unos cordiales y una “copica” de anís, lo pasábamos estupendamente con los amigos y familiares.

No hay comentarios: