Cada vez que tengo que prepararme una intervención de este tipo, no se
por donde empezar. A veces tengo miedo de que, con el paso de los años, y con
gobiernos que no tomen verdaderas cartas en el asunto, la violencia en general
y la de genero en particular, se instale en nuestra sociedad como algo
relativamente normal de lo que solo tomamos conciencia una vez al año.
La violencia contra las mujeres, la mutilación genital femenina, los
matrimonios concertados con niñas menores y la trata de mujeres y niñas con
fines de explotación sexual, son flagrantes atentados contra Los Derechos
Humanos.
Vemos, año tras año, que las políticas para poner freno a este desatino
no están dando resultado. Por un lado, se actúa más en las acciones paliativas,
cuando ya ha ocurrido una agresión, que en las preventivas que irían
relacionadas con la educación en Igualdad.
Que no están dando resultado es algo que podemos comprobar, casi a
diario. El numero de victimas mortales como causa de la violencia de género, no
disminuye, y vemos como los comportamientos agresivos y sumisos aumentan cada
vez más entre la población joven.
Es significativo que el libro más vendido entre adolescentes
universitarias y mujeres jóvenes haya sido uno que cuenta una relación de
pareja basada en dominación y sumisión. Este libro ya tiene película, película
que también batió récords de público, hace unos días una televisión privada la
emitió en horario de máxima audiencia y obtuvo un 25% de cuota de pantalla, es
decir uno de cada cuatro espectadores de tv, vieron la película en cuestión.
El problema es mucho más serio de lo que parece y creo que no se está
yendo al fondo de la cuestión, al porqué de que la mujer siga siendo, objeto de
violencia, agresión y humillación. Desde 2008 son 916 las mujeres asesinadas
En algo estamos fallando cuando se sienta a la victima en el banquillo
de los acusados, como ha así ha sido en el tristemente famosos caso de “la
manada”. En esta ocasión la víctima fue tratada como una delincuente, aunque
posteriormente se demostró que ella tenía la razón.
O cuando la violación sistemática a una niña desde los cinco a los diez
años, por un vecino, no es considerada por el juez encargado del caso, como
agresión sexual, porque la niña no opuso resistencia.
Los niños son
víctimas inocentes de los pensamientos y acciones irracionales por parte de los
adultos. 4.000 denuncias al año son las relacionadas con menores que sufren
violencia en el ámbito familiar
ALGUNAS CIFRAS para preocuparse (Diario Público)
El 27,4% de los jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia
machista es "una conducta
normal" en el seno de una pareja, y el 31,5 % cree que es un
problema que aumenta progresivamente por culpa de la población inmigrante.
Por su parte, el 21,2% considera que la violencia machista es un tema
politizado que se exagera y casi un 7% cree que es un problema inevitable ya
que, aunque esté mal, siempre ha existido.
Estas opiniones se dan a pesar de las cifras tan altas de mujeres
asesinadas en España durante 2017, ya que son 44 las asesinadas por violencia machista en lo que va de año.
Al menos 23 niños han
sido asesinados por sus padres o parejas de sus madres en los últimos
cinco años víctimas de la violencia
machista. Otros 185 han visto (en muchos casos, presenciado en directo)
cómo su propio padre o el novio de su madre les arrebataba a la mujer que les
dio la vida.
ALMUDENA GRANDES. “Violaciones”
La violación es un
delito. Violar a una
prostituta, a una mujer promiscua, a una noctámbula, a una alcohólica, a una
drogadicta, a una mendiga, no es ni más ni menos grave que violar a una virgen
adolescente de misa diaria o a la propia esposa dentro del matrimonio, porque
todas las violaciones son uno y el mismo delito.
La condición moral de la víctima, sus costumbres, su conducta, son
factores tan irrelevantes aquí como en cualquier otro crimen.
Se podría pensar que admitir como prueba el informe de un detective sobre la
vida cotidiana de la víctima de una violación sería parecido a aceptar, en un
caso de asesinato, un testimonio que probara que el muerto era un malvado que
merecía morir, para que la defensa solicite que se considere como atenuante.
Podría parecer lo mismo, pero no lo es.
Porque lo que
pretende culpabilizar a la víctima de La Manada, sembrar dudas sobre su
condición moral, es que se atreviera a salir a la calle, a
tomar copas con sus amigas, después de haber sido violada, en lugar de quedarse
en su casa con todas las persianas bajadas y la cabeza cubierta de ceniza.
Eso es lo que el
tribunal ha valorado, y al hacerlo, no sólo ha asumido que la calle, la noche,
la diversión, son un territorio masculino. También está transmitiendo a la sociedad que, para ser
creída, respetada, una mujer violada debe seguir sufriendo después de haber
sufrido, renunciar de por vida al placer y a la alegría para
que se tome en consideración su sufrimiento. Así, una presunta
decisión técnica de un juez se convierte a su vez en un acto de violencia sobre
las mujeres.
La violencia contra las mujeres es trasversal y esta presente en todos
los ámbitos de la sociedad, en todas las clases sociales y en todas las franjas
de edad.
REFRANES
Los refranes populares reflejan de forma breve, las costumbres y modos
de pensar de generaciones anteriores y muy a pesar nuestro también de la actual
“A la mujer en casa, nada le pasa.”
“Mujer que
guisa, se casa aprisa.”
Estos adjudican a la mujer un lugar, la casa y sus labores
le garantizan seguridad y matrimonio.
“A la mujer barbuda, de lejos se le
saluda, con dos piedras mejor que con una.”
“A
la mujer y a la burra, cada día una zurra.”
“Gallina que al gallo espanta, córtale
la garganta.”
Estos tres,
justifican la violencia con una u otra razón
Para terminar, me he dejado tres joyas, tres pensamientos que, si nos
paramos a pensar, están en el inconsciente colectivo y favorecen la desigualdad
y los comportamientos de violencia en la pareja.
“Ni joya prestada ni mujer
letrada”
“Mujer que sabe latín, no
tiene marido ni buen fin”
“No te cases con mujer que te gane
en el saber”
El lugar que, desde siempre, se nos ha dado es el hogar, la maternidad, los
cuidados familiares, amante esposa, hija obediente, madre abnegada.
Ese es el lugar que convenientemente se nos pone, pero yo pregunto ¿En qué
lugar nos ponemos nosotras?
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