Artículo de Damián Rubio publicado en InfoLínea
Una vez que las aguas del
“Procés” se han calmado un poco con la aplicación del art. 155, vuelve a
aparecer en los medios el asunto de la Gürtel. Al PP le ha venido muy bien que
durante estos últimos meses se hayan dedicado al “monotema catalán”, pasando de
puntillas por otras noticias de actualidad relacionadas con la financiación
ilegal del PP y su trama de corrupción. En los mismos términos podemos
referirnos al PDeCAT, anteriormente Convergencia Democrática, con el caso Pujol
y su 3% en comisiones ilegales.
El pasado 23 de octubre, después
de 8 años de investigaciones y 18 meses de juicio, aparecieron las conclusiones
y peticiones de condena de la fiscalía para los 37 acusados en el caso Gürtel.
Entre ellos, se encuentran más de una decena de cargos del PP, como Pablo
Crespo, que ejerció de Secretario de Organización en Galicia; Luis Bárcenas, tesorero; o algunos ministros, consejeros, alcaldes y
concejales, por supuesto todos “ex”.
La fiscal concluye que estos
excargos del PP participaban de una red que mediante sobornos facilitaba
adjudicaciones de contratos públicos a cambio de comisiones y regalos. La misma
se mantuvo desde 1999 hasta 2009, acumulando un total de ganancias que superan los 40 millones de euros. Algunos
de ellos, mediante una contabilidad oculta, tuvieron como destino la “caja B”
del PP, que se utilizó para pagar sobresueldos, cuentas en Suiza, gastos
electorales, reformas de la sede de la Calle Génova, o asuntos menores como
bolsos y trajes de marca, viajes, fiestas, coches de alta gama, etc.
Esta misma fiscal considera que
los hechos probados y contrastados no son aislados, que se trata de una actividad
duradera en el tiempo y un sistema para delinquir, con la ayuda de cargos del
PP. Mediante un entramado financiero se adjudicaban obras públicas para obtener
un enriquecimiento ilícito, lo que todos conocemos como un comportamiento
mafioso. Por ello, solicita para sus protagonistas condenas que en algunos
casos superan los 100 años de cárcel.
La trama de corrupción que
salpica al PP es interminable, no se acaba con el caso Gürtel. Aún quedan
asuntos pendientes, tales como: Púnica, Lezo, Bárcenas, Andratx, Brugal,
Auditorio, etc. Ya son tantos que parece normal en la política del PP. Lo más
sorprendente es que no les pasa factura electoral y se permiten alardear de
ello. Además, han conseguido la cuadratura del círculo convenciendo al
electorado de que “todos son iguales” y de que ellos son los mejores gestores,
con corrupción incluida.
Creo que mientras andamos
revueltos con el “asunto catalán”, no se habla de las desigualdades sociales, el
“agua para todos”, la precariedad laboral, recortes en sanidad y educación,
política forestal, aumento de la factura de la luz, congelación de las
pensiones, amnistías fiscales, desahucios, rescates bancarios “a fondo
perdido”, o que el Gobierno Rajoy “ha fundido”, en apenas cuatro años, más de
67 mil millones de euros del fondo de reserva de la Seguridad Social.
Envolviendo todo con la bandera
nacional y salvando la unidad de la patria, “to está arreglao” y el triunfo
electoral “garantizao”. ¡Sed fuertes, paisanos!
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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