viernes, 15 de febrero de 2013

LA MARCA ESPAÑA


La noticia que ha copado las primeras páginas de los principales diarios de nuestro país durante estos últimos días ha sido la referente a las cuentas secretas del  Sr. Bárcenas, extesorero del PP. En las mismas, quedan  reflejadas con nombre   y apellidos  algunas de las personas más importantes del  Partido como beneficiarias de cantidades de dinero de dudosa procedencia, recibido en sobres especialmente  preparados  para ello. Además, aparecen los nombres de importantes empresas como donantes de elevadas sumas en beneficio del Partido Popular, cuestión cuya legalidad está por solventar.
Aunque son informaciones periodísticas, su trascendencia ha sido tal que ha puesto al Partido Popular, al Gobierno y a nuestro país “al pie de los caballos”. El PP, por su parte, se está defendiendo como gato panza arriba negándolo todo, utilizando la  clásica estrategia del “y tú más” o, lo que es lo mismo, poniendo en marcha el ventilador para esparcir “la mierda” por doquier. Y por si todo esto fallara, su Presidente de Honor ya ha iniciado los trámites para cargarse al mensajero.
La táctica del avestruz tiene un serio inconveniente: si ante un problema escondes la cabeza para no verlo,  dejas al descubierto la retaguardia por donde te las pueden dar todas. Prueba de ello es que, desde que saltó el escándalo, las sucesivas informaciones aparecidas posteriormente han ido confirmando los hechos desmentidos rotundamente por la cúpula del PP. A medida que se comprueba la veracidad de las informaciones, aumenta el crédito de los medios de comunicación y pierden credibilidad los desmentidos de los populares.
Lo del y “tú más” no deja de ser una chiquillada que contenta a los adeptos, pero resta poder de convicción ante el resto de ciudadanos. Éstos exigen claridad, que cada cual asuma la responsabilidad que le corresponda y pague por lo que haya hecho. Creo que si algún “listo” piensa que los 11 millones de votantes que auparon al PP al gobierno de la nación le dieron un cheque en blanco, está en un error. Estoy convencido, además, de que buena parte de sus militantes también esperan explicaciones claras y convincentes. De hecho, resulta significativo que ya haya diferentes cargos públicos que se han dado de baja en el Partido, e incluso han renunciado a su acta como concejal.
Lo de cargarse al mensajero en un país democrático es un poco complicado y, aunque en alguna ocasión les ha salido bien – léase caso Garzón-, cuando se trata de los medios de comunicación más importantes de este país, la cosa se complica. Si además las informaciones vienen avaladas por los dos periódicos de mayor tirada nacional, que mantienen líneas editoriales antagónicas, la tarea es ardua y difícil.
Me parece vergonzoso que nuestros gobernantes sean capaces de poner en serio peligro la democracia, antes de señalar con nombre y apellidos a los corruptos que hay en sus filas. En estos casos, hay que poner el interés de los españoles por encima de los intereses personales y de partido. Tengo la sensación de que a Rajoy no es que le tiemble una mano sino las dos, a la hora de hacer limpieza en su partido.
Es indignante que nos digan que ponemos en peligro la marca España cuando nos manifestamos en la calle contra sus recortes, mientras que ellos la tiran por los suelos con sus corruptelas y no se atreven a cortar por lo sano.

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